El modo en que
nos alimentamos no solo se refleja en la salud que llevamos, sino que demuestra
cuánto sabemos en verdad sobre lo que es comer de manera saludable.
Son muchos los beneficios
de una dieta saludable, y todo parece indicar que la ciencia
descubre más y más cada vez. Estos son algunos de los más comunes,
respaldados por investigaciones científicas:
·
Disminución del riesgo de padecer
enfermedades graves, como cáncer o afecciones cardíacas.
· Mejorar las funciones físicas y
cerebrales.
·
Desarrollar el desempeño en las
actividades deportivas.
·
Proteger la función celular en
todos sus niveles.
·
Permítete a ti mismo alguna que
otra golosina. Siempre que bases el 90% de tu alimentación en comidas enteras e
ingieras porciones pequeñas, no hay necesidad de erradicar por completo ningún
tipo de comida.
·
Aléjate de las dietas extremas que
sean arriesgadas y difíciles de seguir, pues ellas impiden que generes hábitos
alimenticios saludables a largo plazo.
·
Suplementos y vitaminas son
particularmente útiles para mantener el cuerpo a tono en tanto se cambian los
hábitos alimenticios.
Un último consejo es
implementar hábitos complementarios más saludables, como hacer ejercicio de
manera regular y mejorar los hábitos de sueño. Si deseas hacer un cambio
en tu salud, este debe ser integral para poder prolongarlo por más tiempo.
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