BELINDA GAREN
Esta
investigación perfomática, titulada So-Called PHOTOGRAPHY, se dividirá en
varios momentos o series, siendo la primera Pandora: proyecto de carácter
erótico donde el punctum1 de las imágenes deriva de un erotismo sutil e
idealizante, que refiere a un pasado fotográfico de principios de siglo XX.
Cada
pieza se compone de una cámara análoga que contiene fotografías latentes
expuestas pero no reveladas, una placa de película plata sobre gelatina de 4 x
5“velada y un negativo de instantánea Fujifilm -la única imagen visible que
comunica los términos procesuales y químicos de la fotografía. “La imagen
pierde verdad, pero gana penetración”2. A pesar de mantener la meticulosidad en
la producción fotográfica, el resultado permanece oculto en el negativo de la instantánea
y la latencia de la argéntica3.
La
pérdida de verdad fotográfica según los paradigmas de la tradición me confrontó
con el desapego al oficio de mi experiencia de 18 años como fotógrafa y un
largo aprendizaje de 10 años en la estética del erotismo; en ellos mi
metodología de trabajo perseguía un resultado final perfecto que cumplía con
las características ortodoxas de una buena imagen. Sin embargo, como parte de
la experimentación que exigió este proyecto, desarrollé otros métodos y
sistemas de producción post-fotográfica cuya principal preocupación es poner en
el mismo nivel fondo y forma de la imagen. Con la premisa de que la imagen es
un acto y no una cosa, dichos sistemas involucran al performance -práctica con
la que me he relacionado a lo largo de mi carrera- teniendo especial
importancia en el velado de la placa de película de 4 x 5”, la cual deviene en
una suerte de palimpsesto: en un primer momento inscribí en ella cierta
información mediante una toma fotográfica para después reescribir sobre ésta
saturando de luz todos los haluros de plata al sacar la película de la cámara y
velarla, dando lugar a la no-imagen.
El
velado de estas imágenes y la indicación expresa de no revelar las fotografías
latentes contenidas en las cámaras tienen el propósito de radicalizar la
importancia de las imágenes ausentes como un contrapeso al volumen asfixiante
de imágenes que se producen y difunden a diario. Además, esta dimensión oculta
es coherente con lo implícito del erotismo: las imágenes latentes guardan el
secreto de la materia, el detalle y la piel con sus tatuajes, memorias y
cicatrices.
Esta
nueva serie involucra performance, fotografía, arte- objeto e instalación,
resultando en un proyecto interdisciplinario en el que la fotografía es
instrumento y sujeto de estudio.
La
realidad actual de nuestra sociedad iconólatra4 término al que hace constante
referencia Joan Fontcuberta, urde que los argumentos planteados en este
proyecto tengan una mayor probabilidad de encontrar terreno fértil en las
mentes de personas que se comunican y autoconstruyen cotidianamente a través de
la imagen fotográfica.