jueves, 27 de febrero de 2020



BELINDA GAREN
Esta investigación perfomática, titulada So-Called PHOTOGRAPHY, se dividirá en varios momentos o series, siendo la primera Pandora: proyecto de carácter erótico donde el punctum1 de las imágenes deriva de un erotismo sutil e idealizante, que refiere a un pasado fotográfico de principios de siglo XX.

Cada pieza se compone de una cámara análoga que contiene fotografías latentes expuestas pero no reveladas, una placa de película plata sobre gelatina de 4 x 5“velada y un negativo de instantánea Fujifilm -la única imagen visible que comunica los términos procesuales y químicos de la fotografía. “La imagen pierde verdad, pero gana penetración”2. A pesar de mantener la meticulosidad en la producción fotográfica, el resultado permanece oculto en el negativo de la instantánea y la latencia de la argéntica3.

La pérdida de verdad fotográfica según los paradigmas de la tradición me confrontó con el desapego al oficio de mi experiencia de 18 años como fotógrafa y un largo aprendizaje de 10 años en la estética del erotismo; en ellos mi metodología de trabajo perseguía un resultado final perfecto que cumplía con las características ortodoxas de una buena imagen. Sin embargo, como parte de la experimentación que exigió este proyecto, desarrollé otros métodos y sistemas de producción post-fotográfica cuya principal preocupación es poner en el mismo nivel fondo y forma de la imagen. Con la premisa de que la imagen es un acto y no una cosa, dichos sistemas involucran al performance -práctica con la que me he relacionado a lo largo de mi carrera- teniendo especial importancia en el velado de la placa de película de 4 x 5”, la cual deviene en una suerte de palimpsesto: en un primer momento inscribí en ella cierta información mediante una toma fotográfica para después reescribir sobre ésta saturando de luz todos los haluros de plata al sacar la película de la cámara y velarla, dando lugar a la no-imagen.

El velado de estas imágenes y la indicación expresa de no revelar las fotografías latentes contenidas en las cámaras tienen el propósito de radicalizar la importancia de las imágenes ausentes como un contrapeso al volumen asfixiante de imágenes que se producen y difunden a diario. Además, esta dimensión oculta es coherente con lo implícito del erotismo: las imágenes latentes guardan el secreto de la materia, el detalle y la piel con sus tatuajes, memorias y cicatrices.

Esta nueva serie involucra performance, fotografía, arte- objeto e instalación, resultando en un proyecto interdisciplinario en el que la fotografía es instrumento y sujeto de estudio.

La realidad actual de nuestra sociedad iconólatra4 término al que hace constante referencia Joan Fontcuberta, urde que los argumentos planteados en este proyecto tengan una mayor probabilidad de encontrar terreno fértil en las mentes de personas que se comunican y autoconstruyen cotidianamente a través de la imagen fotográfica. 






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